SACERD CI
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El sacerdote es un hombre todo del Señor, puesto que es Dios mismo quien lo llama y lo constituye en su servicio apostólico. Y precisamente por ser todo del Señor, es todo de los hombres y para los hombres.
Nuestra misión no consiste en decir muchas palabras, sino en hacernos eco y portavoces de una sola “Palabra”, que es el Verbo de Dios hecho carne por nuestra salvación. Debemos ser amigos de Jesús, tener sus mismos sentimientos, querer lo que él quiere y no querer lo que él no quiere.
El misterio de nuestro sacerdocio consiste en la identificación con él, en virtud de la cual nosotros, débiles y pobres seres humanos, por el sacramento del Orden, podemos hablar y actuar haciendo las veces de Él en el mundo.
(Basado en palabras de Benedicto XVI)