Ardiendo para amar
El fuego es una de las primeras cosas que domesticó el hombre. El fuego calienta en noches de frío, cocina alimentos haciéndolos digeribles, quema lo que ya no sirve, ahuyenta animales y enemigos... El fuego también destruye, siembra caos, pánico, mata... Todos tenemos fuego en nuestro interior, todos ardemos con unas u otras pasiones. Este “arder” interno es la cosa más maravillosa cuando se usa para construir, para amar y salir de uno mismo. Pero también es la cosa más horrible cuando se usa para destruir, para generar ruinas. El Espíritu de Dios es fuego ardiendo en nosotros si lo acogemos. Fuego que nos da calor y luz, fuego que nos protege, nos ayuda a asimilar lo que nos pasa y ahuyenta a los enemigos; pero la rabia, el odio, la ira, la violencia... son fuegos que nos encierran en nosotros mismos, que destruyen lo que somos y también lo que amamos, nos dejan en ruinas. Una vez destruidos, ya solo pasa el tiempo, tiempo que se convierte en ceniza. #ArdiendoparaAmar porque #MiMúsicaesTuVoz